domingo, 20 de noviembre de 2011

Nuevos tiempos, nuevas esperanzas

Hola,
Ayer tuve la oportunidad de viajar aun ciudad en El Salvador llamada Suchitoto. El objeto del viaje era un poco de descanso después de tres semanas de trabajo.
Para descansar nos fuimos a esta cuidad a una hora de San Salvador.
Habíamos ido con la información de que era una ciudad pequeña, muy tranquila de estilo colonial y en el que por la noche había un festiva de Jazz. Al llegar a eso del mediodía tras disfrutar de un buen almuerzo, nos fuimos a pasear por las calles empedradas y disfrutar de la calma.
Preguntando y visitando el centro de arte para la paz, pudimos conocer que esta ciudad fue uno de los escenarios de los combates de conflicto que sufrió El Salvador en la década de los 80 hasta 1992.

Las montañas cercanas fueron el refugio de la guerrilla y las comunidades cercanas, fueron uno de los lugares dónde la población civil más sufrió el conflicto. Esto llevo a que la población se redujera de 20 mil a 6 mil en doce años de conflicto.

Unos de los reclamos turísticos de la zona, es el lago. En un valle de verdes montañas, se aprecia un lago. En este lugar nos informan que se trata de un embalse que se construyó en los setenta para la producción de energía hidroeléctrica.

Conociendo un poco más descubrimos que antes del embalse, los terrenos eran huertas a orillas del río Lempa y eran la base de la economía local que vendía sus productos a la ciudad de Chalatenango al otro lado del río. La construcción de la presa forzó el desplazamiento de estas comunidades y redujo las tierras de cultivo. Esta fue una de las causas del levantamiento armado.

Una vez pasado el conflicto y en el proceso de desmovilización de la guerrilla, además de crearse nuevas comunidades, surgió hace unos años un compromiso de sus moradores por revitalizar la zona y conseguir que este enclave conocido por los días de combates y matanzas se convirtiera en un apacible lugar que tuviera al turismo como una fuente de ingresos y proporcionara medios de vida a las personas.

Hoy en día es un hecho y un referente dentro del turismo de el país. Se encuentran bonitos hoteles, mercadillo, excursiones a las montañas, viajes en lancha en los que observar las aves y actividades culturales como museos, galería de arte y gastronomía local con las Pupusas como máximo exponente.

Las Pupusas son unas tortas de maíz o arroz rellenas de diferentes ingredientes, Pupusas que se adquieren en las pupuserías.

Este desarrollo turístico viene desde la municipalidad, el compromiso de sus gentes y ayuda económica internacional.

Así que paradojas de la vida, aquella presa que supuso un grave problema en la zona y fue uno de los detonantes de un levantamiento armado debido a la fortaleza de su gente, hoy otra vez la unión de las gentes con un objetivo común ha convertido el lugar en una zona segura en la que poder caminar y disfrutar de sus paisajes.

Y esto que parece normal, no lo es en El Salvador.
Pero la inseguridad y la violencia la dejaremos para otro día. Hoy quedémonos con los mensajes de Paz y futuro y la velada en la que disfrutamos de los ritmos de Jazz de artistas locales.

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