lunes, 20 de septiembre de 2010

Un ojo en cada dirección


Hola,
Desde hace varias semanas estamos inmersos en la temporada de huracanes. Esto significa que estamos en las fechas en las que tradicionalmente se dan las circustancias para que se formen huracanes en el atlántico.
Todos los años se organizan sistemas de seguimiento, sistemas de alerta temprana y planes de contingencia ante la posibilidad de que un huracan afecte a zonas pobladas. Este año en Haití es especial, a consecuencia del terremoto hay cientos de miles de personas viviendo en albergues de emergencia cuya resistencia a los vientos huracanados no es suficiente.
Tras el teremoto y una vez cubiertas las necesidades básicas, empezó una batalla contra el reloj tratando de dotar a la población de mejores albergues. Esta carrera no ha salido como hubieramos querido y todavía queda muchisima gente viviendo en los campos.
Pese a que pueda extrañar el mayor peligro de Haití no son los huracanes, el historico de seguimiento nos dice que llegan pocos. El mayor peligro son las lluvias que los acompañan o tormentas de menor fuerza pero con gran carga de Agua. Durante años este pais tropical ha sido victima de la deforestación y esto ha provocado que las inundaciones sean mas frecuentes, mas violentas y generen mayores daños.
Así que seguimos en la batalla contra el reloj de mejorar los albergues de emergencia por otros transicionales, a la vez estamos permanentemente con un ojo mirando al cielo. Cuando existe la posibilidad que una tormenta se acerque y pueda pasar por aqui, se activan todas las alarmas.
Pero este trabajo no es solo cuando llega el huracán, hace meses que estan lazando mensajes a la población para explicar como protegerse. En programas de radio, el televisión, distribución de hojas con recomendaciones y con la ayuda de las ultimas tecnologías, mensajes gratuitos en los telefónos móviles.



Así que aqui estamos mirando al futuro y trabajando para mejorar la situación y a la vez mirando al cielo con el deseo de que las tormentas no vean la televisión y se olviden de Haití, son las únicas que debe olvidarlo.

Si teneis curiosodad como es el seguimiento de huracanes os adjunto un par de enlaces a páginas de seguiento.


Como veis no son lo mismo, pero todos lo intentan.

Seguiremos trabajando y esperamos que este año los planes de contingencia se queden eso, planes.

Un Abrazo



martes, 7 de septiembre de 2010

Unos días diferentes

Hola otra vez,

Tras dos meses y medio de trabajo intenso en Haiti este fin de semana me he ido cuatro días a descansar y desconectar un poco a Santo Domingo.

Durante unos días he podido disfrutar de sencillos "lujos" como dormir en un cama, pasear por la calle, departir de una conversación en una terraza mientras compartes una cerveza o simplemente descansar y olvidarte por unos días de las normas de seguridad y llevar colgando la identificación.

Además esta vez los astros se alinearon y pude disfrutar de la compañia de amigos que hacia un tiempo que no veía y e incluso poder obsequiarlos con una tortilla de patata, que si bien no era para ganar un concurso, en estas latitudes tienen un sabor especial.

Una de las joyas y experiencias que te encuentras por el camino y que por ser imprevistas todavía se disfrutan más fue el concierto del domingo pasado.
Como residente fugaz de la zona colonial de Santo Domingo, tratas de conocer ricones y acontecimientos.
Alguien me conto que los domingos en "la plaza" mas bien en mitad de la calle que hace curva, había conciertos de musica dominicana, bueno, latina y que se llenaba.
Fuimos a la cita y nos encontramos con que la calle en curva de noventa grados junto a las ruinas de un monasterio, se había convertido en un anfiteatro en el que las escaleras de acceso eran una grada para los músicos, el espacio al pie de la escalera una pista de baile y la calle repleta de sillas con gente sentada, en pie, bailando, hablando. Era un auditorio que además de tener como fondo las ruinas de un monasterio del sigle XVI albergaba alegría, diversión y sobre todo musica y sentimiento.

Allí que nos plantamos tratando de mimetizarnos con el ambiente, es decir, comprar cervezas en el colmado buscar nuestro rincón y en la medida de los que permiten nuestras limitadas europeas caderas, bailar.

La experiencia resulto memorable, con la calidad que da un telefono móvil y mucho ruido, os adjunto un video para que al menos intuais lo que era aquello, son dos minutos de video , pero resultaron ser doce de todos los artistas empleandose a fondo a ritmo de "Quiero bailar contigo"



Pero como decía Calderón de la Barca "...Que todo el bien es pequeño, (....) que la vida es sueño y los sueños, sueños son....." Es decir ya estoy de vuelta en puerta en Puerto Principe, en el campamento, con el toque de queda y con las pilas cargadas....

Un Saludos a todo el que haya querido ser leyendo hasta aquí.